Hoy se cumplen 45 años del llamado “partido fantasma”. Este partido era válido por el repechaje que clasificaba al mundial del 74, ese día debían jugar Chile contra Rusia que en ese entonces era la Unión Soviética.
El partido de ida se jugó en Moscú el 26 de Septiembre y el resultado fue un empate sin goles en un duelo marcado por la tensión política desde que llegó la selección nacional a Moscú hasta que dejó el país. Con el resultado de la ida quedaba claro que todo se definiría en Santiago el 21 de Noviembre en el Estadio Nacional.
Los “soviéticos” se negaban a jugar contra Chile en el Nacional debido al uso que le dio el gobierno militar a dicho estadio y pedían a la FIFA que intercediera ante la federación chilena para cambiar la sede del partido pero la dictadura de Pinochet se negó a esta opción y el partido se jugaría si o si en el coliseo de Ñuñoa.
Los detenidos que estaban en el estadio fueron trasladados a otros recintos de urgencia y los veedores de la FIFA hicieron la inspección al estadio viendo que la cancha cumplía con las condiciones para desarrollar el cotejo y aprobaron jugar el partido definitorio en el Nacional.
La selección europea finalmente se negó a jugar y no viajó expresando su molestia tanto por el tema de seguridad para ellos como su inconformidad de jugar el partido en un centro de detenciones ilegal. Ante ese panorama la FIFA dio por ganador a Chile por 2-0 y nuestra selección igual se presentó al campo de juego ante unas 18 mil personas que festejaron el gol sin arquero rival de Francisco “Chamaco” Valdés en un partido que duró menos de 1 minuto. Un partido para la historia que lamentablemente no es recordado por lo deportivo.