Todo apunta a que “la final del siglo”, se jugará y finalizará de forma tan extraña cómo comenzó. Recordemos en el partido de ida, la Conmebol insistió hasta último momento en que había que esperar y se podría jugar, qué pasó?, Se esperó el tiempo suficiente para que la gente estuviera mojándose en el estadio y el partido fuera suspendido.
La vuelta en el monumental, para todos es conocido lo que ocurrió en el partido de vuelta, el bus de Boca se dirigía al estadio y fue apedreado por hinchas de River, sorprendentemente, la Conmebol una vez más, hizo esperar varias horas junto con indicar en mas de una ocasión que el partido se jugaba, finalmente partido suspendido y el estadio clausurado.
Hace una semana y cuando se debía definir donde se jugaba la final, la organización nos regala otra sorpresa, la final se juega y en el Santiago Bernabéu. No es extraño todo lo que ha ocurrido en toda la previa a entregar la copa? Vamos más allá, le interesó realmente a la Conmebol, el público, los jugadores, la seguridad y por sobre todo, el reglamento?.
Si esto no hubiera sido un River-Boca, les aseguro que el castigo hubiera sido ejemplar. sin ir mas lejos a Cobreloa (2002 frente a Olimpia), lo castigaron perdiendo por 2-0 (empataban 1-1), cuando a un angelito se le ocurrió tirar una moneda a la cancha y acertar al árbitro, eso si hablamos por lo reglamentario. Si nos vamos a lo “ético”, donde quedó el ¿”la copa no se entrega fuera de sudamerica”?. Tres equipos mexicanos llegaron a la final y nunca se jugó en México la final de vuelta ( se modificó el reglamento el 2016).
Por mi parte creo que la Conmebol pudo evitarse todo este problema, la copa debió ser declarada desierta y al mundial de clubes ir el campeón de la sudamericana. Hoy se firmó un precedente y da para pensar que si a algún equipo le molesta jugar en una cancha, basta con apedrear el bus y te sacarán de ese estadio.
Hoy el papelón es continental y la copa debería entregarse cómo copa “conquistadores” de América…
Por: Jorge Álamos