Lamentablemente es muy habitual que salgan a luz casos de agresiones físicas ,psicologías y sexuales a mujeres, tanto en nuestro país como en el mundo entero, es por esto que existen actualmente movimientos que luchan día a día por evitar y potenciar leyes que resguarden la integridad de las mujeres y en general la integridad de la persona sin importar el género; sin embargo y aun con todos los avances siguen apareciendo casos como lo revelado en las últimas horas por Emilia Pastrián, futbolista del equipo femenino de Palestino y seleccionada nacional Sub 20. Emilia, decidió utilizar su cuenta de Instagram para acusar de acoso sexual a Ignacio Montano, kinesiólogo del club (quien fue despedido por la entidad deportiva), un relato al que se sumó Natalia Paredes, jugadora de futsal de Coquimbo Unido y Sofía Sáez, de Unión Española, quienes revelaron episodios de acoso y abuso sexual por parte del profesional.
Sin bien el presidente del equipo femenino Miguel Abdo, no dudo en las evidencias y en tomar acciones la pregunta que nos hacemos es ¿hasta cuándo? ¿Por qué una jugadora vale menos que un jugador? Se supone que el deporte es un espacio saludable que potencia y desarrolla habilidades en las personas y… ¿Por qué algunas personas que de igual manera vibran con el fútbol se ven expuestas a tratos despectivos y abusos? Si bien en esta oportunidad la presidencia apoyo y realizo lo que debían hacer, seguramente, también casos que aún no salen a la luz, historias que pasaron y frases que quizá a alguna niña la hicieron alejarse de manera permanente de lo que le gustaba.
Yo soy una mujer futbolera ya adulta, y más de alguna vez escuché las frases “el fútbol no es para mujeres” “las mujeres que juegan son AHOMBRADAS” y aun si lo jugué y fue mi vieja (grande viejita), quien me acompaño al centro a comprar mis chuteadores y me acompaña con camiseta puesta mientras se nos va la voz gritando por la selección chilena y peleando con algún cobro que encontramos injusto. Entonces ¿el fútbol realmente se limita a un sexo? La respuesta es simple, el fútbol es para personas que en su corazoncito gritan gol o atajan el penal de su vida, el fútbol es un deporte que alegra o hace sufrir a las personas que lo siguen.
Es por esto que debemos entre todos romper las barreras, si la niña de la casa quiere jugar a la pelota o el niño de la casa dice que no le gusta no es una traición o decepción es solo su gusto hay que acabar con los juegos de niños como fútbol y actividades de contacto o los de niñas como las tacitas y muñecas evitemos el sexismo y estereotipos de género.
El fútbol femenino en Chile organizacionalmente es considerado amateur, pese al gran nivel de jugadoras que podamos tener y estamos en la obligación de cambiarlo. Queremos que sean profesionales y tratadas como corresponde es decir de manera equitativa e igualitaria entre ellos y ellas, solo como lo que son una deportista dentro de un equipo, porque hay que ver cómo las jugadoras se esfuerzan, entrenan desde sus casas, algunas son madres, estudian, trabajan y también entrenan. Recodemos que los futbolistas tienen un sueldo por su entrega en cancha no así nuestras futbolistas que es donde más se evidencia el sexismo multisectorial.
El fútbol femenino está en crecimiento pero tenemos que ayudarlo hoy le tocó a palestino, pero mañana puede ser otro equipo. Esto no puede pasar más. Cabras no están solas¡¡¡
Por Natalia Sánchez
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